sábado, 26 de diciembre de 2015

Postclásicas, las grandes olvidadas

Cota 309

Cuando a finales del año 1988 fue presentada la Cota 309 en el Salón de Colonia, Montesa intentaba sobrevivir a la dura crisis que había acabado con gran parte de las marcas españolas. Es verdad que ya estaba “intervenida” por el gigante Honda pero todavía intentaba desarrollar e imponer la tecnología “Made in Spain” en su factoría de Esplugues.

En una clara apuesta sobre el motor pequeño, proveniente de la Cota 123, en la Cota 309 se incrementaba la cilindrada hasta los 258 c.c., se incorporaba un embrague completamente nuevo y silenciadores de aluminio. En cuanto a la estética se rompía la continuidad del depósito con el asiento, estando éste por debajo del guardabarros trasero, dejando entrever las líneas de las motos de trial actuales.

El desarrollo de esta moto estuvo a cargo de Gabino Renales y fue pilotada por pilotos de la talla del tricampeón del mundo Eddy Lejeune y Pascal Couturier.








Cota 310


La Cota 310 fue puesta a la venta a principios del año 1990. Presentaba como novedades una decoración siguiendo la tendencia italiana de la época de colores ácidos y chillones, en este caso amarillo y verde. El chasis seguía estando construido en acero, cortado en la parte inferior y el subchasis trasero de aluminio. También de este material estaba fabricado el impresionante basculante de sección rectangular. Todo este ahorro de peso se veía mermado con la incorporación de una horquilla invertida Marzocchi, fruto de una moda pasajera con más inconvenientes que ventajas, como el menor ángulo de giro, menor rigidez y mayor peso. En la suspensión trasera se montaba un amortiguador Marzocchi Duo Shock con depósito externo que facilitaba su regulación.
En el Campeonato del mundo fue pilotada por Gabino Renales, Marc Colomer y Eddy Lejeune en el año de su retirada.






Cota 311

En el trial del Campeonato de España de 1991 celebrado en Bilbao tuvo lugar la puesta en escena de la Cota 311. Con bastante retraso respecto de sus competidoras italianas, al fin Montesa se ponía a su altura e incluso las superaba en algunos aspectos.
Las dos principales novedades que aportaba eran la refrigeración líquida y el soberbio chasis doble viga de aluminio, tipo Deltabox, firmado por Verlicchi.
Conservando la misma cilindrada de sus dos predecesoras el motor incorporaba un cilindro Gilardoni, un pistón Asso y un embrague Adler extraíble, todo ello sobre la base del motor de la Cota 123 construido 20 años atrás, por lo que puede considerarse como el último verdaderamente Montesa antes de la llegada de los motores Honda HRC de las Cotas 314R y 315R.
Fue pilotada por Gabino Renales, Amós Bilbao y el futuro campeón del mundo Marc Colomer.





Estas motos llamadas “Postclásicas” son las grandes olvidadas. Es cierto que, de momento, no son consideradas clásicas, ni pueden competir con la tecnología de las motos actuales, pero no es menos cierto que tienen un encanto especial y son testigos privilegiadas del cambio en las técnicas de pilotaje que se produjo a finales de los años '80 y principios de los '90.
Son motos lógicas, con un asiento en el que poder sentarse, un depósito de gasolina con el que recorrer 100 kilómetros sin problemas, al alcance de un usuario medio pero con unos frenos y unas suspensiones capaces de realizar zonas de gran dificultad.

Ahora que se debate tanto sobre la situación actual del trial, los cambios en el reglamento, dando la sensación de estar un poco perdidos, quizás la senda a seguir no la tengamos tan lejos...











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